Nos estamos dejando gobernar por corruptos y ladrones

Nos estamos dejando gobernar por corruptos y ladrones Este estado español cada vez me decepciona más. Mientras haya cerveza y chiringuitos parece que todo funciona. Cierto que han habido protestas y manifestaciones, casi continuas, pero ya comenzamos a ser siempre los mismos y encima no demasiado coordinados. No me siento defraudado por los que se movilizan y protestan o denuncian, sino por un pueblo que se esconde en las colas del paro y luego discute con otro pringado para colocar mejor su sombrilla en la playa. Pueblo todavía dominado por el franquismo sociológico y más miedo que vergüenza. Da igual lo que digan en las encuestas y que nos apoyen. Menos encuestas, menos redes sociales, menos simpatía y mas calle y acción. Mientras el PP, los banqueros y los especuladores tranquilos y a lo suyo, es decir a hacer dinero con los bienes públicos. La oposición institucionalizada solo hace cosquillas. Rajoy aguanta -que para eso le pagan- y mientras tanto los salarios bajan, los contratos se acaban de hacer basura, y una pandilla de chorizos ahora nos quieren robar también los ayuntamientos. Los sindicatos protestan levemente -la verdad es que no tienen más fuerza- y las organizaciones políticas resistentes miran a su ombligo y se lamentan por su escasa capacidad de convocatoria, en lugar de preguntarse a que se debe ese poco tirón. Hay que ilusionar, hay que agitar, solo vamos a peor. Esto no es una crisis, es una gigantesca estafa organizada por bandas de corruptos para volver a un capitalismo del siglo XIX y liquidar todos los derechos que la clase obrera conquistó. Juntos sí podremos. Pero claro, eso es peligroso. Peligroso para los poderosos y los corruptos que nos gobiernan y han gobernado. Pero peligroso también para tranquilos burócratas de la “rebelión” que saben les falta fuerza, pero tampoco quieren buscarla donde está. Yo creo que no es tan difícil. Lo difícil será motivar a tanto indocumentado, desinformado, vago mental y alienado por el poder. Mientras tanto, la privatización de la política avanza inexorablemente, los ricos cada vez son más ricos y ladrones y los pocos que todavía tienen empleo fijo cada vez más egoístas. O creamos nuestra epopeya colectiva y transformadora, aunque sea paso a paso, o nos convierten en negros e hispanos del Bronx, sin presente ni futuro y carne de cañón de sus políticas y sus negocios. Sin embargo, sí hay dinero. Pero lo tienen los de arriba.

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