Muere el hombre, nace el mito


Escrito
Por Jorge Bueno

Michael Jackson fue como un río de esos que dragamos, al que ponemos presas, le quitamos los peces, lo contaminamos y finalmente secamos. Desde edad temprana su padre, viendo las habilidades musicales de su hijo le sometió a una tortura terrible para poder cumplir todos los sueños que él no había sido capaz de lograr mediante ensayos, palizas y abusos constantes.
Probablemente el resto de los Jackson 5 no sufriera este tipo de abusos pero no es difícil averiguar por qué. Solo hace falta ver una actuación del grupo formado por cinco de los hermanos Jackson para darse cuenta de que Michael era especial, sus movimientos, su voz, la presencia y su relación especial con la cámara (que tantos años le acompañaría).
El padre de Jacko vio en su hijo la llave para salir de los suburbios de Chicago donde se había dejado las manos trabajando en el metal. Pedía a sus hijos que durante los ensayos o conciertos lo llamaran Joseph en lugar de papá. Reconoció en 2003, durante una entrevista que le hizo la BBC, que utilizó el castigo físico contra sus hijos y se declaró abiertamente homófono.
Lo curioso es cómo la falta de ídolos hace que muchos miraran para otro lado y le consideraran en el Salón de la Fama del Rock & Roll como el "mejor mánager de todos los tiempos". Este demonio nos regaló un talento que trascendió a nivel mundial pero a un precio que a Michael, al cabo de los años, le acabaría costando la vida.

Quincy Jones

¿Fue Quincy el padre que siempre quiso Michael? Musicalmente, desde luego. Fue el que tuvo la idea de escuchar lo que Jackson tenía que decir. Consiguió que los grandes del momento escribieran canciones para él (Stevie Wonder o Paul McCartney colaboraron en Off the wall) y transformó el video clip dinamitando todo lo que había hasta entonces y construyendo Thriller desde la zona cero. Hasta ese momento no se había visto al vídeo como una forma más de expresión musical del artista.
El álbum es, todavía hoy, el más vendido de la historia.
Decadencia
La debacle fue lenta pero segura. Casi todos nos imaginamos el porqué de su obsesión compulsiva por cambiar de aspecto y quitar los espejos donde se miraba la imagen de aquel pobre muchacho que vivió una infancia tan dura allá por los últimos años sesenta. El trauma fue tan serio que no fue nunca capaz de salir del armario (algo que le podría haber salvado la vida).
Su matrimonio con Lisa Mary Presley parecía más un salvavidas que un matrimonio en sí. Uno, estrella del pop mundial; ella, hija de una leyenda de la música que ha tenido que vivir a la sombra de su Padre. Podrían haber sido tal para cual pero las acusaciones de abuso de menores minaron la relación y Lisa Mary llegó a declarar que tenía miedo por la salud de Michael y sus "adicciones".
El último intento desesperado por darle un sentido a su vida más allá de sí mismo fue ser padre y enfrentarse a las acusaciones que pesaban sobre él. A pesar de ser uno de los hombres que más dinero ha ganado en la historia de la música vio cómo su patrimonio se iba yendo lentamente por el desagüe debido a gastos exorbitados, inversiones desastrosas y caprichos de infancia... Su rancho, Neverland, fue la máxima expresión del carácter de Jackson.
Había planeado volver por la puerta grande. Había programado una gira titulada "This is it" (Esto es todo, más o menos), en Londres le esperaban como al Mesías, la rueda de prensa fue multitudinaria y generó una ventolera de aire fresco que solo quedó enturbiada con la noticia que saltó después, Jacko cantaría en play back.
La policía investiga si fue la adicción de Michael a las pastillas lo que le ha podido jugar una mala pasada.
Los grandes siempre se van de una manera trágica. No hay nadie que pueda reclamar el trono del Rey del Pop.

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