María Montesdeoca González, es una canariona activa con mucho carisma, que se trasladó desde Gran Canarias a Lanzarote, con intención de mejorar su vida.
Su capacidad de trabajo y su espíritu luchador, la ha convertido en una mujer capaz de defender sus derecho por si misma.
María comienza en el sector del taxi el 15 de Mayo de 1994, hace exactamente 15 años, convirtiéndose así, en la primera mujer taxista de la ciudad de Arrecife y posiblemente la primera mujer que trabajo en un transporte publico en la isla de Lanzarote.
Sus comienzos en este sector, fue muy duro por que se encontró en una profesión masculinizada, donde el hombre no le daba cabida a una mujer, en este sector brillaba muchísima por su presencia el duro y crudo comportamiento machista, Pero el paso del tiempo logró curar esta enfermedad entre los profesionales masculinos del sector y terminaron aceptando a María en el mundo del taxi.
Si la profesión del taxi, ya para un hombre es demasiado dura, para una mujer lo es mucho más, pero María a aprendido a solventar todos los problemas, para poder subsistir y mantenerse en el mundo del taxi.
Anécdotas se ha encontrado muchísimas a lo largo de sus 15 años de trabajo, por ejemplo, la de un borracho que le indicaba apurado: "Cristiana, deje de mover tanto el coche para poder subirme", resultando ser que el coche estaba aparcado e inmóvil en la parada.
María, una mujer dinámica y alegre, espera poder acabar el resto de sus años laborales, trabajando en el taxi.
En este momento, está apunto de que se le conceda su primera licencia y pase de ser asalariada, a empresaria del sector del taxi.
Su capacidad de trabajo y su espíritu luchador, la ha convertido en una mujer capaz de defender sus derecho por si misma.
María comienza en el sector del taxi el 15 de Mayo de 1994, hace exactamente 15 años, convirtiéndose así, en la primera mujer taxista de la ciudad de Arrecife y posiblemente la primera mujer que trabajo en un transporte publico en la isla de Lanzarote.
Sus comienzos en este sector, fue muy duro por que se encontró en una profesión masculinizada, donde el hombre no le daba cabida a una mujer, en este sector brillaba muchísima por su presencia el duro y crudo comportamiento machista, Pero el paso del tiempo logró curar esta enfermedad entre los profesionales masculinos del sector y terminaron aceptando a María en el mundo del taxi.
Si la profesión del taxi, ya para un hombre es demasiado dura, para una mujer lo es mucho más, pero María a aprendido a solventar todos los problemas, para poder subsistir y mantenerse en el mundo del taxi.
Anécdotas se ha encontrado muchísimas a lo largo de sus 15 años de trabajo, por ejemplo, la de un borracho que le indicaba apurado: "Cristiana, deje de mover tanto el coche para poder subirme", resultando ser que el coche estaba aparcado e inmóvil en la parada.
María, una mujer dinámica y alegre, espera poder acabar el resto de sus años laborales, trabajando en el taxi.
En este momento, está apunto de que se le conceda su primera licencia y pase de ser asalariada, a empresaria del sector del taxi.
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